miércoles, 30 de marzo de 2011

POEMA DE RENÉ CASTELLANOS,DE CUBA

... un poema escrito por el doctor René Castellanos, publicado por Betty y por mí en la antología de poemas suyos titulada Hacia ti, contigo y otros poemas. ¡Que lo disfrute!



Un gran abrazo y buen día,



Carlos.



XXII

Recibido por correo electrónico desde Seminario de Matanzas, Cuba.



Si creo en la amistad a primera vista, también creo en la amistad sin vista previa ni directa relación. Así es mi amistad con Nicaragua.

Siendo yo aún muy joven fueron Darío y Sandino quienes me sirvieron de puente para esta amistad. Me había enamorado el grito de Rubén a Francia («[...] ¡Los bárbaros, cara Lutecia!»[1]) y la réplica de Sandino a sus soldados («La muerte es sólo un dolorcito»[2]). Años después, ya en el umbral de la senectud, la vida me lanzó, no a la fuente, sino ¡a la fragua! Por dos años estuve allí y he llegado a amar a Nicaragua. ¿Amor? Sí. Tengo dos pruebas: una, sufro por ella y el estado en que su pueblo sufre ahora; otra, he escrito este soneto.





A Nicaragua





Hacia ti voy contigo, Nicaragua,

en viaje eterno que empezó aquel día

en que solo llegué, y, sin luz ni guía,

me esperaba el fragor de tu Managua.



Libre tu musa y brava como el agua

tibia de tu subsuelo, y la hice mía;

musa que canta y bulle por la vía

de tu historia: Rubén, Sandino y fragua.



Quise sobre tu tierra echar mi suerte,

y aun aspiré a tu amparo hallar la muerte

«bajo el gran sol de la eterna armonía».



Estoy aquí y estoy allá a tu lado:

allá tu pueblo que lucha confiado,

y aquí un amigo que espera el gran día.



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[1] Rubén Darío: «A Francia», en su: El canto errante, Buenos Aires y México, Espasa-Calpe Argentina, S. A., 1948, p. [57].

[2] Paráfrasis de un fragmento de las célebres conversaciones sostenidas entre el General Augusto César Sandino y el periodista español Ramón de Belausteguigoitia, en San Rafael del Norte, Nicaragua, en febrero de 1933: «[…] A veces, hasta los más valientes decaen. Es necesario conocerlos, seleccionarlos. Y alejar el temor, haciéndoles ver que la muerte es un ligero dolor, un tránsito». Ramón de Belausteguigoitia: «Conversaciones con Sandino». El pensamiento vivo de Sandino [selección y notas de Sergio Ramírez], 1ª ed., Managua, Nicaragua, Editorial Nueva Nicaragua, 1974, p. 469.

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